«En presencia de nuestro Padre Dios, nuestra Buena Madre y Marcelino Champagnat.
Después de un proceso de discernimiento de mi vocación cristiana vivida en el carisma marista de Champagnat, Yo, … deseo y es mi voluntad ser reconocido como laico/laica marista en nuestra provincia Ibérica.
Pido al hermano superior provincial ser acogido en esta familia y me comprometo a cuidar y vivir mi fe, a compartirla en mi comunidad y con otros hermanos y laicos maristas y a dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar, construyendo, con ayuda del Espíritu, una Iglesia profética y mariana».
Esto es lo que volvimos a escuchar de boca de trece personas el pasado sábado 10 de junio cuando lo proclamaban delante de la comunidad marista de Guadalajara. Un compromiso público que rubricaba un proceso de casi dos años de acompañamiento y discernimiento, y todavía un tiempo más largo de compromiso en la vida y misión maristas.
Una celebración muy cuidada en todos los detalles, dejaba constancia de sus trayectorias en la familia marista como profesores, animadores de grupos juveniles, miembros de equipos de la estructura provincial…
Enmarcados por el bello edificio del colegio y acompañados por muchos hermanos y laicos de la Provincia Ibérica, se celebró la presencia de Dios en la vida de cada uno, el don de su fe, las personas que les han acompañado en estos años y su compromiso en la familia marista.
El “SÍ” que proclamaron ante nosotros es la consecuencia de muchas decisiones personales que han ido tomado y que les hace expresar públicamente su deseo de seguir a Jesús al estilo de María, y en la familia que Marcelino Champagnat comenzó hace 200 años.
Ellos mismos nos comparten qué es y cómo han vivido esta vinculación al carisma marista en la Provincia:
La vinculación ha supuesto un seguir caminando juntos hermanos y laicos, cada uno con su misión en la vida pero juntos en la misión del padre Champagnat. ¡¡Caminemos juntos, soñemos juntos, compartamos la vida juntos!!
Marta
Me llenó de alegría estar rodeado de tanta gente que me ha acompañado en mi caminar como marista, muchos que a su vez me han transmitido los valores y el mensaje de Champagnat, Jesús y María. Fue un acto en el que quedó demostrado que el sueño de Champagnat sigue vivo y en el que hermanos y laicos somos importantes para llevarlo a cabo.
Jesús
La celebración de la vinculación ha sido un momento importante y emotivo. Lo viví como una celebración en familia, desde la alegría de sentirme arropado por la gente que más quiero y por tantas personas que hacen realidad esa gran Familia Marista de la que hablamos muchas veces. En las horas previas a la celebración, pude hacer memoria de esos momentos vitales que me habían llevado a solicitar al Consejo Provincial ser vinculado al carisma. En ese ejercicio de memoria, me quedo con la experiencia de haber crecido en grupo, en comunidad, de tener momentos de reflexión y discernimiento… de sentirme feliz y esperanzado por el paso que iba a dar y el compromiso que significaba, por poder vivir el sueño de Marcelino en primera persona.
Ángel
La celebración de la vinculación al carisma marista ha supuesto para mí la confirmación de lo que ya venía sintiendo desde hacía muchos años: me siento laico marista. La celebración del pasado 10 de junio fue muy emotiva y familiar.
Pero sé que esto no ha sido una meta, sino un punto de inflexión en el camino. El camino de seguir a Jesús al estilo de María. El hacer público mi reconocimiento como laico marista me empuja a seguir cuidando este don que se me ha dado, que no es otro que el de la vocación marista.
Raúl
La vinculación que realizamos el pasado 10 de junio gran parte de la Comunidad Fourvière no fue un acto aislado. Ha sido el resultado de un camino de discernimiento. Un camino vivido en comunidad, compartiendo vida y fe. Un caminar en el que personalmente vivo y siento el carisma marista desde hace muchos años. Pero el pasado sábado fue un día muy emotivo, por reconocerme y saberme reconocida en el carisma marista. Estuvimos muy acompañados y arropados por aquellas personas que de una manera u otra han formado parte en nuestro caminar. Para mí la vinculación supone seguir trabajando mi vocación desde la misión y seguir educando a los jóvenes, en especial a los más necesitados.
Silvia
La celebración de vinculación al carisma ha sido un momento de comunidad, fue especialmente bonito el sentirnos arropados por la gran familia marista. Personalmente la vinculación ha supuesto para mí un tomar más conscientemente la vida en mis manos, un reafirmar que quiero vivir siguiendo a Jesús con lo que esto implica en las opciones de cada día. Volver a caer en la cuenta de que las actitudes de María son el camino seguro para una vida esperanzada y con sentido, a pesar de mi fragilidad. El proceso de preparación ha sido un tiempo de llenar la cabeza y el corazón de lo que de verdad importa, ayudándome a vivir según lo que brota de dentro y no dejándome llevar por lo que me aleja del Bien. Especialmente toda esta preparación y celebración ha sido un tiempo de reconocimiento agradecido a todas las personas que han formado parte de mi vida marista y que me han permitido crecer a ejemplo suyo.
Carlos
Para mí, la vinculación al instituto marista, significa dotar de cierta “oficialidad” ante la sociedad lo ya venía sintiendo en mi interior desde hace años; significa un reconocimiento público que me identifica ante el mundo como un Marista de Champagnat: como un cristiano que vive un estilo de Iglesia MARIANA heredado de Champagnat.
Siento que vinculándome al instituto, de alguna manera, devuelvo al instituto marista una pequeña parte de lo mucho que yo he recibo de él, a través de los hermanos.
Para mí, una amplia base de laicos vinculados hacen un instituto marista mucho más fuerte, con mayor vitalidad, y que con mi vinculación aporto un grano más al granero del instituto (un grano no hace granero, pero ayuda al compañero…).
Romualdo
Siento que para mí, el vincularme, no ha sido una meta, sino un punto de partida, un nuevo comienzo. Ha supuesto una proclamación pública de mi ser marista, de mi vivir cristiano al estilo de Marcelino Champagnat, al estilo de María. Ha hecho patente un reencuentro: conmigo mismo, con el carisma Marista, con los Hermanos y Laicos que con su presencia y con sus abrazos sinceros me acogían en el seno de esta gran Familia.
Hoy puedo decir que me siento reconciliado con mi pasado, porque me dedico a lo que siempre quise: educar a niños y jóvenes en la Buena Noticia de Jesús desde mi ser laico; sosegado en mi presente, porque esta apuesta es personal, pero compartida y avalada por mi familia; esperanzado en mi futuro, aunque incierto, estoy convencido que será día tras día Marista.
Carlos
El día 10 de Junio, fue un día especial para mí. En presencia de hermanos maristas, que vinieron de diferentes lugares, de mis hijos, amigos… junto con otros 12 laicos, pedía al Hermano Provincial, ser reconocida como laica marista.
Fue un día lleno de emociones que daba así respuesta a un proceso vivido a lo largo de muchos años. Llegue al colegio hace 32 años como madre de dos alumnos, y siempre muy implicada en la vida colegial, fui viviendo y llenándome del carisma marista, hasta el punto, que desde hace años me sentía laica marista y decía serlo.
Ahora además de sentirme, puedo decir con orgullo que me han aceptado en la familia que ya sentía mía. Hay un lazo de pertenencia que se ha hecho público, comprometiéndome a cuidar vivir mi fe, a compartirla en mi comunidad con otros hermanos y laicos.
Muchísimas gracias por la acogida y por acompañarme en un día inolvidable.
Carmina
Son tres palabras las que me surgen al intentar expresar lo que ha supuesto esta celebración para mí: alegría, agradecimiento y compromiso.
Alegría, porque fue un momento lleno de gozo y emoción, que pudimos compartir con las personas que queremos y que nos han acompañado y nos siguen acompañando en nuestro caminar.
Agradecimiento, a las personas que lo han hecho posible, al trabajo y entrega de tantos que nos han precedido y que nos han transmitido el don de Dios en la familia marista.
Y compromiso, hacer público algo a lo que poco a poco he ido diciendo que sí a lo largo de mi vida, me hace sentir más profundamente que Dios me sigue llamando a vivir en fidelidad.
María