
Cuando llegas a una madurez de cierta calidad, rondan por tu mente cantidad de posibles opciones que valoras su importancia según las necesidades del momento.
Cuando Dios va ocupando tu corazón, poco a poco, pero con insistencia, y tú vas aligerándolo de tantas inutilidades con las que lo has llenado, muchas veces inconscientemente, entonces sus llamadas van siendo más perceptibles y puedes dar, con su gracia, respuestas adecuadas a lo que te va pidiendo. A cada uno nos llega un momento en nuestra vida en el que los acontecimientos te hacen reflexionar sobre tus actitudes ante los descubrimientos nuevos con los que te vas encontrando.
En nosotros está la elección generosa o el estancamiento acomodadizo.
El título de esta reflexión nos pone a la expectativa de qué queremos hacer con nuestra vida. ¿Vamos a ser positivos y generosos en nuestras respuestas a Dios?
No hace mucho la Provincia nos proporcionó una iniciativa surgida de inquietudes de hermanos y laicos que manifestaban el deseo de compartir con ilusión la espiritualidad marista. Una gracia del Espíritu que ilumina y alienta los impulsos sinceros de nuestros corazones.
Me sentí llamado por Dios a participar en este CAMINO DE ESPIRITUALIDAD en el que Él me acompaña junto a mis hermanos. Estoy ya en la segunda etapa del Camino y puedo constatar que la temática, guías de reflexión y propuestas de oración, me están ayudando de una manera progresiva a integrar mi vida en Dios. Te invito a considerar esta oportunidad como un regalo de Dios qu puede marcar tu vida personal.
Un abrazo.
H. Valentín Jiménez.