Tomando decisiones en mi vida era el título del encuentro que se ha realizado en Miraflores el pasado fin de semana (3-4 de febrero). La pregunta inicial es inevitable: ¿por qué tenemos que formarnos en esto de tomar decisiones? Si es algo que realizamos desde que somos niños y empezamos a crecer… ¿O es que hay alguna manera especial de hacerlo?
Esto, y mucho más, es lo que fuimos desgranando en este encuentro. Efectivamente, como seres humanos, somos seres que elegimos y decidimos desde pequeños. Y en los primeros años lo hacemos muy inconscientemente según los criterios que hemos recibido en la familia: valores, hábitos, formas de ser… Cuando crecemos, con suerte, somos más conscientes de lo que nos condiciona a la hora de elegir y esto nos permite ser más libres y acertar más en nuestras decisiones.
Lo que no es tan frecuente es saber que existe una sabiduría de miles de años que procede de la Biblia, y que nos ayuda a elegir con más seguridad aquello que nos hace felices. Palabras como “discernimiento”, “consolación”, “desolación”, “armonía”, “proyecto de vida”, “paz”… Se llenaron de contenido para cada uno de nosotros y nos hizo algo más conscientes de la importancia de conocerlos y profundizar en ellos.
Un conocimiento muy práctico, porque en realidad más que teorías son planteamientos para vivir en el día a día y para ir aplicando en cada momento. Se trata de ser más conscientes para convertirnos en los señores de nuestra propia vida, para vivirla en plenitud e intensidad, en definitiva, para ser más felices.
Algunos participantes expresaron el deseo de que esta formación pudiera repetirse en otra modalidad o a niveles locales. Si es así, basta con solicitarlo a la Comisión de Vida Marista. Fue un fin de semana para disfrutar de nosotros mismos, de la convivencia y el diálogo, de los tiempos personales, de la celebración y hasta de la gastronomía. Por que es altamente recomendable.
Ana Sarrate